El Parque Nacional de Sierra Nevada es un rastro de un mundo alpino de suizos, quesos y estaciones de esquí pero con un acento andaluz que une como pocos lugares naturaleza y vida humana, el entorno perfecto para aprender a amar la madre tierra.
El Parque Nacional de Sierra Nevada es un rastro de un mundo alpino de suizos, quesos y estaciones de esquí pero con un acento andaluz que une como pocos lugares naturaleza y vida humana, el entorno perfecto para aprender a amar la madre tierra.
Pocas ciudades del mundo le deben tanto a un estilo artístico o a un movimiento como Barcelona, fundida entre la ciudad vieja y los ensanches que rellenaron de carne Gaudí, Enric Sagnier o Luis Domènech i Montaner.
Para hacerle justicia a Buenos Aires habría que imprimir este texto, recortar sus palabras, lanzarlas al aire en una noche de esas en las que uno sale a la calle a olvidarse hasta de su nombre y dejar que cayeran aquí como ellas quisieran. En Baires está todo un poco al revés, no sólo el verano y el invierno.
Difícil intentar empezar un texto sobre un loco; no un lunático cualquiera, sino uno de esos que hacen que el mundo cambie, que los demás tengan un espejo en el que mirarse.
Nerea González Pascual describe la serenidad y cercanía de Uruguay en este viaje en blanco y negro al otro lado del mar.
Zaragoza esconde varios lugares que no son visibles si no se recorre la ciudad, escondidos a simple vista, alejados del centro detrás de muros, murallas y torres de apartamentos.
Barcelona es tan grande que hay que hacer más de un viaje para poder conocerla, poco a poco, y que con cada travesía se desvele una de sus caras; presentamos una de las más conocidas, la modernista.
Este año se celebra el milenario del Reino de Granada fundado por los ziríes y que dejó como legado una ciudad encapsulada en el tiempo de calles imposibles y arquitectura de otro mundo.
Increíble pero cierto: Shanghái, la mayor ciudad económica del gigante chino y segunda cabeza visible del país, albergará el primer parque temático sobre los cuentos y la vida del mito literario danés.
El pasado 4 de julio Nueva York (y el mundo por extensión) recuperó su símbolo más grande, tanto o más incluso que el Empire State y los perritos calientes en puestos callejeros o el café en “king size”: la Estatua de la Libertad, que volvió a abrir tras el huracán Sandy.