Los datos son cada vez más preocupantes, ya que ningún lugar del mundo ha aumentado tanto de temperatura en los últimos años como el Ártico. Lo que ocurra allí tendrá efectos directos sobre el clima de Europa y de todo el hemisferio norte. El negacionismo repuntará con el gobierno de Donald Trump, pero eso no va a eliminar la realidad: el hielo se derrite, se alteran los equilibrios oceánicos y con ellos el futuro climático.