Polémico, acusado de perverso por usar modelos infantiles, con un estilo propio e inconfundible, que proyectaba psique y mística personal en sus cuadros, que jugó al desconcierto en sus memorias y en su vida. El Thyssen-Bornemisza exhibe la mayor exposición de este autor nunca realizada en España, un momento perfecto para hablar sobre un outsider completo del siglo XX.