La agricultura fue una revolución que no ha sido realmente ponderada hasta tiempos recientes, cuando una nueva perspectiva integral ha permitido darle el valor que tuvo, con cambios que afectaron al ser humano incluso a nivel genético y anatómico, a su organización, a sus sentido de la existencia y su forma de relacionarse con el planeta. La auténtica y genuina revolución. El primer salto, el momento en el que el ser humano ya no era esclavo de los ciclos naturales, sino que los controlaba en su beneficio. Sin embargo no fue tan positivo, al menos desde la perspectiva moderna.