Pocas ciudades del mundo le deben tanto a un estilo artístico o a un movimiento como Barcelona, fundida entre la ciudad vieja y los ensanches que rellenaron de carne Gaudí, Enric Sagnier o Luis Domènech i Montaner.
Pocas ciudades del mundo le deben tanto a un estilo artístico o a un movimiento como Barcelona, fundida entre la ciudad vieja y los ensanches que rellenaron de carne Gaudí, Enric Sagnier o Luis Domènech i Montaner.
Joaquín Sorolla es uno de los pintores más reconocibles del raro siglo XIX español, quizás uno de los mejores si exceptuamos al último Goya.
Estilizado, reivindicativo, regateador, extraño y extranjero en un Imperio que le encorsetó pero al mismo tiempo le dio cancha para poder ser él mismo, así era El Greco.
¿Arte o pedagogía? O ambas cosas unidas, eso es Painters Guild, un juego que tiene mucho que ver con el arte y en el que en lugar de matar, conseguir puntos o atravesar un nivel tras otro hay que convertirse en un artista del Renacimiento italiano.
Con ‘Rubens. El triunfo de la Eucaristía‘ (hasta el 29 de junio), el Museo del Prado vuelve a poner de relevancia la trascendencia de un laborioso trabajo de restauración, aprovechando la ocasión para mostrar los resultados del mismo creando un contexto idóneo para su presentación.
Galería Marlborough de Madrid, hogar de la exposición ‘Matisse: la esencia de la línea. Grabados (1900-1950)’, la obra de dibujo de uno de los grandes maestros.
El colectivo Sound Readers ha creado una memoria sonora sobre el matadero municipal de Arganzuela donde se erige ahora el actual centro cultural, una recuperación que une historia del arte y sociología.
En arqueología todo tiene su ritmo, lento como el tiempo; de ahí la polémica sobre la pirámide de Edfu después de que el gobierno egipcio haya negado el descubrimiento.
Países Bajos da el primer paso realista y completo para identificar los cuadros robados por los nazis y el botín de guerra repartido por medio mundo y que pueda ser devuelto a los legítimos dueños o sus descendientes.
Altamira es una mina de oro cultural: la maestría de las pinturas rupestres es tan grande que ha generado todo tipo de filias que se convierten ahora en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac).