La NASA y la ESA tienen en marcha proyectos paralelos para enviar misiones a uno de los mundos de agua más prometedores, Europa, con un inmenso océano subterráneo y posible actividad volcánica interna que crearía condiciones para la vida microbiana. Por un lado, EEUU prepara la sonda Europa Clipper, mientras nuestro continente desarrolla la JUICE o Jupiter Icy Moon Explorer. El destino es el mismo: saber qué hay debajo de la prístina y brillante superficie de la luna de Júpiter.