Tres años dando vueltas sobre la superficie de un planeta yermo como hay pocos cuando fue diseñado para durar un año. Hoy es el cumpleaños de Curiosity, el rover-robot más avanzado nunca diseñado y el más grande y pesado.
Tres años dando vueltas sobre la superficie de un planeta yermo como hay pocos cuando fue diseñado para durar un año. Hoy es el cumpleaños de Curiosity, el rover-robot más avanzado nunca diseñado y el más grande y pesado.
Andy Weir escribió ‘The Martian’, una novela que tuvo que autopublicar ese año en formato digital y que gracias al boca-oreja del público se convirtió en todo un fenómeno editorial libre. Luego fue rescatada por las incrédulas editoriales y los derechos de adaptación al cine vendidos a Hollywood, que este otoño la presenta.
Abrimos una puerta al futuro: el ser humano coloniza y conquista el Sistema Solar gracias a galeones de velas solares cargados de un nuevo tipo de mineros dispuestos a agujerear planetas y lunas en busca del nuevo oro, el agua. Todo gracias a un diseño sencillo, la E-sail.
El gran plan de las agencias oficiales y de las grandes empresas tecnológicas ligadas es poner el acento en los drones y los robots para llegar a Marte, reducir al mínimo la presencia humana enviando robots-helicóptero, robots escaladores o los METERON, androides por control remoto.
Un simple día del 3 de marzo de 1915 el gobierno federal de EEUU tomaba una decisión que iba a marcar la historia de la ciencia y la tecnología, incluso de la imaginación de muchos: nacía el embrión de la NASA.
Un pasito más hacia el planeta rojo: la NASA ha publicado los resultados del test inicial con los motores del futuro SLS-Orion, el cohete más potente jamás construido por el ser humano y heredero directo de los monstruos del Programa Apollo.
Ni es nuevo ni revelador, pero que la NASA haya dicho con esa contundencia que hubo mares en Marte dice mucho de hasta qué punto ya debe aceptarse que, en efecto, el planeta rojo fue también azul; lo hace al mismo tiempos que anuncia la zona de aterrizaje de la misión InSight.
Seguro que recuerdan alguna película de ciencia-ficción, serie o novela, en la que aparecía esa palabra, que no significa más que una cosa: convertir un planeta muerto en otro vivo parecido a la Tierra. Pues bien, sobre el papel ya es factible.
Hacía tiempo que no hablábamos de Marte, pero el planeta rojo es un imán para la Humanidad, y para la posible existencia de vida, que deja un rastro de metano que la Curiosity ha detectado.
Resulta que la Tierra no es el arca azul que todos creíamos, que en realidad no es el planeta con más agua del vecindario y que hay una más en la lista, Mimas.